lunes, 6 de febrero de 2012

Ejemplo ¡Sí señor!

Tijeretazo, nos recortan por todos lo lados, no paran de hacerlo, dicen que es por nuestro bien. Los EREs están en todos los lados, incluso se rumorea que partidos políticos y sindicatos están al borde de ellos (o sumergidos en ellos de un modo discreto); cada día nos amanecemos con la noticia de que cierra una tienda que lleva toda la vida ahí, vemos como el comercio (y con ello una forma de vida secular) está muriendo a manos de las grandes superficies (en resumen, del gran capital) y como el que sobrevive lo hace a base de apretarse mucho el cinturón.

Estamos en un escenario en al cual en el que todo el mundo intenta eliminar cualquier gasto supérfluo, la gente ya no cena fuera de casa, cena en casa; la gente va menos al cine; la gente ha limitado su ocio; las vacaciones han cambiado, se hacen desplazamientos cortos y no viajes de cientos e incluso miles de kilómetros.

Toda esta situación la soportamos estoicamente y con al espada de Damocles de un gobierno que prácticamente nos insinúa (o directamente nos dice) que nos va a empezar a cobrar, más tarde o más temprano, por los que (a mi modo de ver) son lo dos pilares básicos del Estado del Bienestar: Salud pública y Educación pública. La humilde opinión de este chapucero bloguero es que esos dos pilares tienen que ser defendidos con uñas y dientes, y creo que la gran mayoría de la sociedad estará de acuerdo, pero el problema es que los estamentos públicos no predican precisamente con el ejemplo: la semana pasada salió a la luz el ejemplo paradigmático: La UNED ha remitido a sus estudiantes un maravilloso manual para aprender a como "Escribir de un modo no sexista", ¡genial!, ¡insultemos más a la especie humana!(como si no se insultase ya bastante ella misma); en un contexto de reducción de gasto, de temer por la sanidad pública, de temer por la educación pública y de aterrorizarnos por la pérdida de ventajas (derechos) sociales largamente luchadas TIRAMOS el dinero PUBLICO en manuales de creación y propagación de lo más parecido que hay a la "neolengua" orweliana.

¿Como nos podemos extrañar de que nos pase lo que nos pasa cuando consideramos que es sexista decir alumnos y no alumnado?. Así nos va, y por desgracia parece que al cosa irá a peor gracias a todos nosotros.

¡Salud!

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