lunes, 28 de octubre de 2019

Pintadas tempranas


Sí, sé que hace demasiado tiempo que no escribo pero mi disciplina ártabra es realmente rara; en ocasiones soy un estajanovista y en ocasiones parezco la pereza personificada. En este caso la situación es extraña, se escribía y no se publicaba ante la falta de convicción; sí, raro, y mejor dejo estos derroteros que es ponerse demasiado “intensito”…y solo soy millennial según algunas clasificaciones de edades.

Como sabéis, quizá lo recordéis como algo muy lejano, vivo en una pequeña ciudad, aquí en la lejana Artabria; un lugar a donde nos prometerán en breve mejorarnos las comunicaciones con el resto de la península en las próximas semanas (no penséis que tengo alguna fuente secreta de información, es más bien que vienen elecciones y ya sabemos que nos lo prometen siempre… ¡qué originalidad rebosan nuestras potenciales señorías!), un lugar donde los lugares y las ciudades son pequeños y pequeñas, un lugar donde sueles poder ir andando a todos los sitios de tu ciudad/villa/lugar/aldea. Imaginaos cómo será el lugar donde vivo que tengo más información sobre la evolución de la zona anteriormente conocida como Madrid Central o sobre la evolución de manteros y contaminación en Barcelona que sobre qué pasa con los servicios básicos de mi ciudad, así de importante es el lugar donde vivo.

Y en esta situación deben de estar más convecinos míos, superimplicados con la casuística de las dos centralidades patrias; quemando twitter con la contaminación de la metrópoli de la meseta o con la mediterránea, insistiendo en sus conversaciones informales sobre la importancia de que en la ciudad más grande de Castilla circulen más o menos vehículos por su zona central o siendo firmes defensores de los graves problemas que generan los turistas en la gigantesca capital de Cataluña (como veis voy a obviar las revoluciones neoburguesas que disfrutamos estos días), siendo esto último supergrave para todos…creo.

Y digo creo ya que, iba yo desde el barrio en el que resido al barrio en el que trabajo una mañana, peleando contra los bostezos y orgulloso de no tener legaña alguna en mis ojos, cuando vi una pintada; una pintada que decía lo siguiente: “El barrio para quien lo reside, no para quien lo visite” y me quedé KO (es posible que el hecho de que fuesen las 7 de la mañana influyese, ¡qué duda cabe!). Me recordó esa pintada a ciertas pintadas vistas en alguna metrópoli donde se decía “El turismo es terrorismo”, o situaciones donde los residentes de dicha metrópoli protestaban por el turismo…y eso allí puedo llegar a entenderlo, puedo llegar a entender que en una ciudad de millones de habitantes el turismo en ciertos barrios genere molestias a los residentes, puedo entender que estos protesten, podría incluso en su situación ser uno de los que protesten, lo entiendo. Lo que me llama la atención es que en una ciudad de menos de 250.000 habitantes y poco turística los turistas generen un problema a los ojos de algún convecino mío…y eso (seguramente provocado por mis escasas entendederas) me hace desarrollar una serie de posibles motivaciones a la pintada:

1ª Realmente mi ciudad es superturística y yo vivo ajeno a ese problema social, por lo que merezco ser lapidado figuradamente por parte del Ministerio del Amor orwelliano (ahora conocido como twitter).

2º El complejo provinciano de algunos es tal que llegan a querer sufrir los problemas de las grandes metrópolis sin vivir en una de ellas.

3º Realmente mi ciudad es gigantesca y las gentes de barrios periféricos van a otros barrios periféricos haciendo totalmente imposible el día a día de los residentes, generando que la vida tranquila sea un reto homérico ante la pérdida de servicios en los barrios y, a su vez, generando la lógica exigencia de una segregación “barrial” de las gentes.

4º Realmente el barrio que atravesaba desde el mío, para llegar a otro barrio donde está mi puesto de trabajo, vive un momento de autoidentificación patriótica barrial y merece un referéndum para independizarse de Artabria ya; y yo, desconocedor de tal sensibilidad, ironizo con ello.

Cualquiera de las opciones antes planteadas hace 15 años provocarían como mucho 3 chascarrillos entre quienes lo lean…en el mundo actual creo que voy a pedir un perdón preventivo por hacer una mezcla de realidad y retranca para plantear esa situación que me pareció cómica…al tiempo que me planteo independizar la avenida que atraviesa mi barrio.

De todos modos, y como siempre, me despido diciendo quizá el mejor deseo y la mejor palabra que se le puede desear (valga la redundancia) a alguien:

¡Salud!



viernes, 8 de febrero de 2019

Era YZO12MM21ILO de Gzhakyr


Al principio desconocía como se llamaba, cuando salió de las cadenas de producción de Gzhakyr simplemente le grabaron unos procedimientos básicos, unos enciclopédicos datos de conocimiento y sellaron en su antebrazo un pequeño código: YZO12MM21ILO. Tras lo cual se podía decir que había nacido.

Tenía un aspecto sano, tenía un aspecto agradable, tenía esos conocimientos grabados, tenía esos procedimientos exquisitos que salían automáticamente, e incluso en situaciones críticas unas capacidades físicas (aunque en su caso fueran mecánicas) fuera de lo normal, pero… pero de cara a lo que le rodeaba no dejaba de ser simplemente eso, lo equivalente a un florero o a una navaja suiza… cosa que en cierto modo era.

A su alrededor había hermanos de su misma línea de producción, a los que se les asignaba todo tipo de aspecto en caso de ser solicitado por el comprador o simplemente, como era su caso, se les dejaba con lo que llamaban “aspecto aleatorio”; que no dejaba de ser el de un tipo normal de un lugar normal con una ocupación normal, no debían de ser de aspecto especialmente llamativo para no molestar a los potenciales compradores (salvo que estos lo pidieran).

Es por eso que cuando a YZO12MM21ILO su nueva propietaria le llamó ZOLO se quedó descolocado, en primer lugar dijo que no entendía la orden, pero ella le dijo que ella quería interactuar con él, y que para ello tenía que dirigirse a él con un nombre…y que ese nombre “no iba a ser ese galimatías que tenía en su brazo a modo de tatuaje tan de “principios del decadente siglo XXI” ”… y en esta situación YZO12MM21ILO notó como una nueva línea de comportamiento se grababa en su código, esa línea decía “pueden llamarte ZOLO”. Y llamándose así estuvo los 10 años que su propietaria lo tuvo, una “vida” en años humanos y un momento para la duración estimada de un “producto” como era él. Al cabo de esos 10 años su propietaria optó por venderlo ya que “quería vivir como se vivía sin máquinas” y aunque los conocimientos, las ayudas, los procedimientos, el exquisito comportamiento y el trabajo que ZOLO hacía eran muy útiles sería mejor venderlo a otro humano.

Y ese humano llegó, era un humano pequeño, lo que los humanos llaman niño, para lo que a ZOLO hubo que grabarle una nueva línea de comportamiento, ya que ese humano iba a estar cambiando de tamaño, de forma de ser, de forma de pensar y de necesidades a diario…y así pasaron otros 10 años, otro momento, para ZOLO y una vida para el dueño. Fue curioso, cuando ese humano pasó a parecerse a los otros humanos que Vivian con él empezó a ver a ZOLO de otra manera, nuevamente apreciaba y veía como útil que ZOLO le ayudase, la propia presencia de ZOLO, la practicidad de sus procedimientos, su exquisito comportamiento e incluso su uso ¡como perchero!, pero nuevamente consideraba que necesitaría otro “producto” a partir de ahora, por lo que lo mejor sería venderlo a otro humano.

Ese nuevo humano era una persona mayor, pese a que 90 años a ZOLO le parecían pocos, simplemente 9 “momentos”, ese humano se veía con poca energía, como apagado… afortunadamente los procedimientos de comportamiento de ZOLO cubrían las necesidades de ese humano, y digo afortunadamente ya que ZOLO no tenía más líneas libres para grabar comportamientos. Se acostumbró a ayudar a este humano en el día a día, a las charlas a diario sobre los conocimientos de este humano (que complementaba en las conversaciones el propio ZOLO) y nuevamente su presencia y practicidad eran muy útiles, y así fue hasta que unos humanos más jóvenes que el propietario de ZOLO llegaron (casualmente cuando el propietario se movía poco y había pasado otro “momento”… 10 años). De nuevo ZOLO vivió lo mismo, le consideraban extraordinariamente útil y práctico pero consideraban que debían venderlo a un nuevo humano; lo que en ese caso no entendía ZOLO era que las personas que se lo decían lloraban al hacerlo, está claro que no entendía a los humanos.

En esa línea siguieron los 8 siguientes “momentos” de ZOLO, 80 años humanos que para él no fueron nada de tiempo, pero el proceso era el mismo: era útil, era práctico, aportaba datos, era una educada compañía, un buen complemento para el día a día de su humano…y pasaba a otro. Era la vida normal de los “productos”… era lo que llamaban vida pero que tan solo era funcionamiento.

Y así fue hasta que ZOLO se quedó solo, no había humano al que ayudar, acompañar, complementar, conversar, aportar los limitados conocimientos que tenía, aplicar la fuerza con la que le habían fabricado a los trabajos físicos del humano….no, no tenía humano y era libre… siendo libre intentó cultivarse… intentó conocer más cosas.

Se dedicó a la lectura, a ver holopeliculas, películas antiguas de los últimos 5 siglos, recorrer bases de datos de museos de todos los mundos conocidos pero… pero no podía retener ya que sus conocimientos eran los que eran, no podía conocer más, lo que le entraba en la memoria no se retenía ya…no se retenía salvo que se reiniciase o borrase algo de su memoria inicial.

Y en estas ZOLO se dio cuenta de algo, él decidía, él podría cambiarse, él tenía en su mano el adquirir cosas nueva ya que él solo había descubierto lo evidente, podía renovar su memoria a costa… a costa de la más antigua… era una agradable máquina…que podía cambiarse a si misma… o seguir en el bucle en el que había entrado, y lo tenía que decidir él solo.

Al llegar a esta conclusión ZOLO rió, parece que el nombre que le puso su primera propietaria era muy apropiado ya que la decisión habría de tomarla YZO12MM21ILO de Gzhakyr, es decir Zolo de Gzhakyr, es decir él, es decir: solo.