martes, 18 de junio de 2013

¡La que está cayendo!

Pues sí, se dice que estamos en verano, se dice que estamos en verano pero resulta que a mi me ha crecido un hermoso apéndice en forma de paraguas ¡no salga usted de casa si él!.

Pese a esto, y como buen ártabro, estoy acostumbrado a este clima, esta humedad del 180% y nubosidad permanente. Además en años como este yo defiendo un principio, no es que no haya verano no, no es que nos falte una estación ¡no insensatos!, lo que pasa es que si sumamos los 20 días de sol que hay al año ya tenemos verano...nuestro verano simplemente aparece cuando quiere, ¡es lo que hay!.

Estaba precisamente hoy en plena calle bajo un interesante chaparrón "veraniego", caminando bajo la lluvia y pensando en la frase que se dice continuamente....para hablar de la situación del país.... ¡la que está cayendo! cuando me encontré con una vieja amiga de mi familia, este encuentro ha conseguido que una persona como yo (los que me conocen lo saben), que a pesar de los consejos que doy no soy precisamente optimista, haya tenido una sonrisa en la cara lo que queda del día, y esa sonrisa precisamente la tuve por la inyección de positividad que me implicó este encuentro, ¡y más con la que está cayendo! (en este caso figurada y físicamente).

Hablamos de una persona que en su día con su esfuerzo montó una pequeña tienda, poco a poco fue progresando en ella y, justo cuando la cosa iba mejor, se vio afectada por lo que la prensa llama "una terrible enfermedad", esa palabra que el común de los mortales huye, esa palabra que una persona muy querida por mi me dijo una vez que todos la sufriremos (y en mayor o menor medida es cierto); sí, un cáncer. Pues bien, peleó, luchó y superó ese cáncer (con todas las reservas que hay que tener al decir esto por supuesto); y justo cuando  ya había superado esa enfermedad y (como diríamos vulgarmente) tenia a sus hijos "colocados" y podía disfrutar de la vida con su marido este muere fulminantemente; un palo tras otro, una zancadilla tras otra, una persona sana muere así, de golpe, sin aviso, sin preparar a los demás ni a si mismo.

Pasó año y medio desde esto último y hoy me la encontré;  lo primero que vi bajo la lluvia fue su sonrisa, pero no solo en la boca, era toda su cara, toda ella con su gesto transmitía positividad, fuerza, energía. Tras las primeras frases de rigor preguntando por como está fulanito y menganita y  la familia me dijo unas frases que todos deberíamos tratar de aplicarnos: "Vive el día a día", "Relativiza los problemas, trata de flotar sobre ellos", "Disfruta de todo lo que haces ya que nunca sabes cual será tu último momento", "Deja el trabajo en el trabajo" y sobre todo "Trata de poner una sonrisa a la vida".

Sé que las hemos leído y oído en multitud de sitios, sé que todos en mayor o menor medida sabemos que estas frases son verdades que no aplicamos, pero que esta persona te lo cuente con esa cara de felicidad, a este pequeño y limitado ártabro le llega al alma.

Y sobre todo ¡con la que está cayendo!


¡Salud! (siempre)

martes, 4 de junio de 2013

Inocencia

Los que hayan visto al Ártabro no se lo creerán, pero resulta que el Ártabro hace ejercicio, ¡si queridos amigos!, ha caído en la esclavitud del culto a la vida saludable. Hoy precisamente tras una dura jornada de trabajo y tras una corta pero intensa jornada de ejercicio me he topado en el vestuario con una conversación que me hizo sentirme mayor (e incluso, despertar en mí ternura por la inocencia de alguna gente)

Escuchaba un agotado y sudoroso Ártabro una conversación entre dos típicos exponentes del "canismo" militante en occidente; de entrada pensó ¡vaya!, ¡dos más!: recién salidos de la playa, a punto de entrar en una piscina a punto de cerrar y comentando jocosamente que carecían de muda para después del baño (sí, había incluso un punto de orgullo cuando lo decían); si a eso añadimos que uno de ellos alucinaba a voz en grito por haber descubierto en ese momento la existencia de una palabra: vagancia (juro por lo más sagrado de cualquier credo conocido o por conocer que desconocía que vagancia se decía así, ¡lo afirmaba!) la cara del que escribe era todo un poema.

En esta situación el agotado Ártabro los observaba con incredulidad, pero, ¡ay artabreadores!, consiguieron que empezara a verlos como unos pobres e inocentones imberbes. Repentinamente empezaron a hablar de sus estudios. Ojiplático me quedé cuando hablaron de que iban a estudiar ADE para cambiarse a Económicas en el último año y así tener dos carreras. Y tras eso dijeron algo que me hizo reír y morderme la lengua, una frase demoledora, una frase que hace años escuché cuando salia de la boca de mis amigos e incluso de la mía: "con una carrera y un máster en finanzas o en bolsa ya está, todo arreglado".

Sonreí para mi, tuve ganas de hablar con ellos pero no lo hice. Tendría que haberles dicho que eso pensábamos hace 10 años y que ni así, tenía que contarles que hace más de 15 años decíamos esas mismas frases, tendría que decirles como es la realidad, tendría que haberles dicho todas esas cosas.

Sin embargo no lo hice, ¿por qué?, muy sencillo (y muy complicado a la vez). En una situación como la actual, caótica, devastada y devastadora, de desanimo generalizado, de noticias malas que se convierten en peores cada día que pasa, ¿es necesario arrancar las esperanzas a los que (a lo mejor) tienen alguna posibilidad? ¿es necesario arrearles un sopapo con la realidad o confiar en que ellos puedan vivir una realidad mejor?, pensé que a lo mejor ellos tenían más suerte, que ellos sí acertarían con sus planes y callé.

Posiblemente sea una manera de engañarse, posiblemente sea pecar de optimista, pero (por una vez), tratemos de ser positivos. Y lo dice una persona que prácticamente no ve futuro al país; pero con que un 1% de la gente lo vea....a lo mejor hacen algo , aunque yo lo dude.


¡Salud!

sábado, 1 de junio de 2013

Sí, xa chegou o día, e ¡pódese!

Pois sí, chegou outra vez o "off-topic" máis "topic" deste chapuceiro blog. Era algo que agardaría calquer artabreador estandar, e mesmo os que soamente leran as trapalladas eiquí escritas  un par de veces, hoxe toca falar de fútbol, hoxe toca falar do Dépor (neste intre algúns que eu ben sei xa pecharon a páxina jejeje).

Hoxe é un deses días, un deses partidos que non se chaman "partido do século" na prensa pero que, nembargantes, o é. O meu clube (sí, son socio e accionista, xa o dixen nun par de ocasións, se queredes podedes felicitarme ou rir) non soamente ten en xogo a sua praza na primeira división, é posible que a sua continuidade coma sociedade dependa do que aconteza esta noite ás nove en Riazor.

É unha ledicia para un deportivista ver o aspecto da cidade, chea de bandeiras, bufandas, cartéis, xente vestida de branco e azul pola rúa..., é unha ledicia e agardo que sexa o preludio dunha gran festa; unha festa coma soamente os deportivistas sabemos facer (iso sí, tamén aparecerán moitos que se suban ó carro, é o que hai!).

Hoxe cando espertei e empecéi a ve-la xente pola rúa, mesmo a algún siareiro do equipo adversario, foi cando me decatéi que o día xa chegara, que hoxe é o día D e que as 21:00 (hora valeroniana por definición) é a hora H.

Soamente queda por dicir unha cousa que non por repetila mil veces deixará de ser certa.

¡Pódese!