domingo, 23 de marzo de 2014

La duda en la postdata

Una persona evoluciona a lo largo de los tiempos, llegando a enfrentarse a los suyos y a los que no son suyos para encontrar puntos de encuentro entre ambos, con aciertos y con errores, pero llegando a puntos de acuerdo (grandes o pequeños) entre ambos.

Otras personas no son capaces de ver más allá de sus propios colores y de sus propias narices, pero se arengan el poder de juzgar al primero del que hablábamos por sus orígenes (o por sus fines).

Y muchos de los segundos se hacen llamar demócratas.

D.E.P. Presidente Suárez.

P.D. ¿Habrá acabado hoy la transición?

miércoles, 12 de marzo de 2014

Buzón del Camarada

Londres, 1984, la capital de Oceanía tenía un día tranquilo, con algo de niebla y algo de lluvia como siempre, pero tranquilo. Por la calle que lleva a los departamentos del Ministerio del Amor caminaba decidido Maynard, tenía un trabajo repetitivo que consistía en dar respuesta a las consultas de la gente; su departamento se llama "El buzón del camarada", y como en todas las secciones del Ministerio del Amor otros camaradas vigilan que su trabajo esté hecho como debía ser hecho ¡para honor y gloria de Oceanía y del Gran Hermano!.

Maynard llevaba ya un tiempo en este trabajo, no era un trabajo que lo realizase como persona pero en cambio sí que hacía que llegase dinero a su casa todos los meses, además el trabajo no era para que el individuo se realizase, era para que Oceanía se realizase y para que el Gran Hermano estuviese contento del trabajo de sus camaradas. Día tras día el mismo tipo de consultas, el mismo tipo de comentarios y las mismas respuestas a los camaradas, esas respuestas eran las que el Gran Hermano en su gran sabiduría dictaba a los responsables de departamento, y ellos se lo transmitían a sus subordinados, o al menos esa era la teoría. La verdad la había descubierto Maynard hacia tiempo, los responsables simplemente querían trabajar lo menos posible, por lo que las respuestas eran simples monosílabos o frases hechas vacías; con ello les bastaba.

Y esa era la vida de Maynard, día tras día contestar las cartas que llegaban al Buzón del Camarada, y así fue durante años hasta que llegó un día en que su hermano Milton llamó a su puerta.

- Buenos días Maynard - dijo Milton - tu trabajas en el Buzón del Camarada ¿no es así?.

- Sí ya saber que así es Milton - contestó Maynard-  ¿por qué lo preguntas?.

- Verás es que tengo un problema y nunca me contestan a la consulta que remito en las cartas que mando; quería que me dijeran una cosa concreta, necesitaría saber donde van a poner la nueva parada del bus comunitario, en función de eso es posible que me mude - dijo Milton-. Pero como veo que no me contestan nada coherente a las cartas que mando ¿podrías decirme en que lugar físico está vuestra oficina?, así podría acercarme a ella y pedir orientación o mandar la carta directamente y no dejarla en la delegación del Ministerio.

En cuanto escuchó esto Maynard se puso pálido, muchas veces le habían contado historias de gente que había dicho donde estaba la oficina del Buzón, y esa gente era despedida en el mejor de los casos y ¡reeducada en el peor!, pero era la primera vez que se lo preguntaba alguien, y ese alguien era su hermano; pero bueno, era una pregunta tan simple y tan absurda que no creia que hubiese problema alguno. Convencido de que sería una tontería decirle la dirección Maynard recuperó poco a poco el color y contestó.

- Claro Milton, la dirección es Tackpike Street 8, al lado de Beamo Square. A algo tan sencillo imagino que te contestarán inmediatamente.

Tras decirle la dirección ambos hermanos hablaron un rato y acabaron por despedirse ya que había caído la noche, esa fría noche londinense. Al día siguiente nuevamente Maynard fue a su trabajo, ese desesperante y repetitivo trabajo que tanto realizaba a Oceanía y al Gran Hermano, pero nada más entrar en la oficina vio que su mesa no estaba, su silla tampoco estaba y una carta a su nombre estaba tirada en el suelo. Impresionado por la situación Maynard abrió la carta y la leyó en alto:

"Estimado camarada Maynard R. Ferdinand, queda despedido desde este mismo momento del Ministerio del Amor, departamento del Buzón del Camarada. El motivo es que el buzón del camarada no está destinado a atender a los camaradas

Viva Oceania"



Historia real.


martes, 11 de marzo de 2014

Tranquilamente

Allí estaba la última vez que le vi, sentado tranquilamente en un banco de un parque con su tableta en la mano leyendo un libro, abstraído totalmente del bullicio que provocaban las "hordas" de niños sueltos en aquella extraña zona verde en el medio del asfalto de la ciudad. A pesar de estar totalmente abstraído, cada vez que una persona pasaba a su lado levantaba la vista tímidamente y le sonreía con su amistosa y relajante sonrisa; él no se quedaba con las caras de la gente ni con los nombres, pero siempre tenía un gesto amable con prácticamente todo el mundo.

Es un tipo aparentemente callado, aparentemente tranquilo, que tiene muy clara su forma de ser (difícil en nuestros días donde reina lo políticamente correcto) , unas fuertes convicciones de lo que considera correcto y una gran ansia por analizar todo lo que le rodea. Se describe como un tipo raro, con un toque de locura, que le da demasiadas vueltas a las cosas,  y sobre todo siempre dice una cosa sobre él mismo: ¡que se ahoga en un vaso de agua!, o al menos eso dice. 

Y digo eso dice ya que  presta ayuda a la primera de cambio, incluso a sus enemigos. Ha tenido enfrentamientos con gente, ha discutido, ha subido y bajado y vuelto a subir la voz pero...pero siempre ha echado una mano; cuando no la he echado es por una malentendida vergüenza que no debería tener (pero sin ella ya sería otra persona). Como comenté antes, dice ahogarse en un vaso de agua, pero teniendo en cuenta en qué se ahoga el resto de la gente su vaso debe de tener la capacidad del Océano Pacífico. Las primeras veces que coincidí con él estaba intentando razonar con gente que no tenía mucha capacidad de raciocinio sobre todo tipo de temas (más bien parecían salidas de una de las primeras temporadas de Cuéntame); "¡es lo que tiene ser sabio!"-me dije a mi mismo-"¡él puede lidiar hasta con estos cromañones!"; pero en cambio te acercabas a esta persona y le quitaba importancia, siempre le quitaba y le quita importancia a esos logros.

Una de las veces en las que coincidimos acababa de arreglar un problema y ante mi felicitación, y antes de quedarse callado durante mucho tiempo, me dijo:

- No he hecho nada, además recuerda que un día me cansaré de ayudar a la gente y me portaré mal.

Tras esto, como digo, estuvo unos días callado, y yo concluí una cosa; se conoce muy bien, pero falla en una cosa: al final no puede portarse mal y eso último en la sociedad en la que vivimos, ¡eso sí que es algo a lo que dar importancia!.


sábado, 8 de marzo de 2014

Historia de dúas mulleres

Hai moito tempo había unha muller, unha muller nova, unha muller traballadora, unha muller que sendo nova e traballadora atopouse con que tiña uns fillos que sacar adiante, e que era viúva por mor da penosa enfermidade que levara ó seu home á morte. Esta muller traballou moi duro para sacar ós seus fillos adiante; fillos que estudiaron e traballaron o campo, era o que había entón, a sociedade era unha sociedade do agro e non das cidades, e a xente de alí loitaba por mellorar, por ter uns cartos no peto e por que os seus fillos fosen algo máis, e moitos lográrono. Pero o caso é que esta muller levouno a cabo en soidade, sen a axuda de ninguén, sendo nova e loitando nun mundo e nunha sociedade na cal unha muller soa non estaba "ben vista".

Pasaron os anos e os fillos fixeronse grandes, e unha das fillas da muller herdou o bo e o malo da sua nai. Por un lado herdou a decisión de loitar, de sair adiante e de traballar día sí día tamén; pero por outro herdou que lle acontecera algo semellante ó da súa nai; os seus fillos creceron sen un pai, e ela tivo que sacalos adiante, tivo que loitar por darlles unha educación, por darlles un plato que comer tódolos días, por vestilos, por facelos persoas. E novamente, e coma a súa nai, todo foi feito en soidade, sen que ninguén dese a cara por ela (en parte porque ela tampouco ía suplica-la axuda de ninguén), e novamente nun mundo que inda que avanzaba seguía a "ver mal" a unha muller soa.

Os fillos de esta muller medraron, foron xente adulta, e chegaron a hoxe. Foron educados en ver á xente simplemente coma persoas e non en función de sexo que teñan, por iso eses fillos desa segunda muller non entenden que se celebre o día da muller traballadora, para eles é un xeito de diferenciar a parte da humanidade da outra. Este día para eses fillos é un día de tristeza, xa que non queren crer que no mundo que viven ese típo de día é preciso, xa que eles non o ven así. O caso é que eles non o ven así por mor desta historia de dúas mulleres pero, ¿será necesaria para toda a humanidade unha historia coma esta?