jueves, 23 de enero de 2014

Rancios unidos

O a mi me lo parece o uno de los principales elementos vertebradores de España es la "ranciedad", más o menos oculta, más o menos descarada, más o menos vendida como políticamente correcta, pero rancia.

Y resulta que al que "malredacta" este humilde y chapucero blog le ha hecho reparar en ello un anuncio en la televisión en el que se anuncia, ¡ojito!, un gimnasio solo para mujeres, lo cual desde una mentalidad políticamente correcta alguno venderá como un gran logro social. Yo en cambio soy una mala persona y no puedo evitar recordar los rancios clubes de "caballeros" (curiosamente la mayoría no tenían caballos a la entrada, pero así se les llamaba) donde una mujer tenía proscrita la entrada...salvo que fuera a servirles, vamos, el "sumum" de la ranciedad. La educación que he recibido ha debido de ser muy extraña, ya que veo iguales a las personas (seres humanos, no se me enfade nadie) y no las distingo en obligaciones o derechos por ser XX o XY, y eso me hace sentir ese tipo de anuncios como el ejemplo de una ranciedad supina. Pero ojo, como es la opuesta a la anterior es buena...

Pero esto no dejaría de ser una anécdota si no me fijara en que incluso la organización del país a lo largo de la historia se ha basado en la ranciedad absoluta, se ha basado y se basa.

España ha vivido décadas de dictadura donde el rancio centralismo, la ranciedad de manipular un pasado glorioso en propio beneficio, las rancias estructuras sociales, las rancias ideologías, y lo rancio que es envolverse en una bandera, eran el eje vertebrador, triste, pero cierto. Tras estas décadas llegó la democracia y ... ¿y qué?, pues que ahora estamos en un rancio policentrismo , el rancio manipular un pasado glorioso en propio beneficio de cada gobierno de cada comunidad, el rancio uso de estructuras sociales (llamémosle las 20 familias, llamémosle opus, llamémosle caciques, llamémosle RH) sigue en cada comunidad, las rancias ideologías por las que el que vive más aquí de una raya o de una montaña o de un río es peor que yo (o me roba) sigue en cada una de las comunidades, y el rancio "me envuelvo en mi bandera porque mola más que la tuya, aunque no sepa ni de donde venga" siguen estando en todos los lados. En conclusión, esa pestilente ranciedad la tenemos metida hasta el tuétano.

Pero bueno, como al final lo que cuenta es que gane aquello de lo que uno sea forofo (llámese club de fútbol, partido político o lejanía en la micción contra el viento), no sé de qué me extraño. Simplemente !dar la bienvenida al Reino Rancio de España (futura República Rancia de España)!, es más, yo creo que es mejor llamarle RRE a partir de ahora...que hasta suena rancio.


¡Salud!

viernes, 17 de enero de 2014

Cascotes y circo

¡Aquí estoy!, sí muchachada, el humilde Ártabro está por aquí, ¡ya parecía que había olvidado que tenía un chapucero blog!, se conoce que la ociosidad forzosa en ocasiones hace que uno se centre en otras cosas, pero en fin, ¡hay algunas cosas de las que escribir!.

¿Qué podemos comentar de estos días?, es evidente que la noticia más espectacular es el hecho de los altercados en Burgos. Voy a resumir lo que este humilde y desinformado individuo entiende: un ayuntamiento se decide a reformar un barrio y resulta que los residentes en ese barrio se oponen (fijémonos en una cosa, eso por desgracia suele pasar en todas las ciudades / pueblos / pedanías / lo que sea),los vecinos se manifiestan y el ayuntamiento  (como suelen hacer todos escudándose en ese supuesto poder divino que creen tener) no les hace caso; esta semana a la gente se le va "la pinza" totalmente y se lía un jaleo espectacular con imágenes dignas de algunas zonas del País Vasco de los primeros 90...y el ayuntamiento para la obra (yo me atrevo a decir que por ahora). Conclusión que sacamos "es mejor liarse a pedradas que hablar", y esa conclusión además de ser triste es errónea.

A mi modo de ver, si en una discusión una persona que tiene razón acaba cayendo en el insulto automáticamente pierde dicha discusión, pues algo parecido opino de liarse a pedradas cual "intifada", quien hace eso pierde mucha de la razón que pudiese tener. Pero claro, vivo en una ciudad y en un barrio  donde un alcalde dijo que si el barrio estaba mal no era porque el ayuntamiento no hubiera invertido en el barrio (cosa que era así, no había inversión alguna), sino que era por culpa de los vecinos, ¡que nivelón de autocrítica!; y temo que esta nula capacidad de autocrítica seguramente sea extendible a la mayoría de administraciones (sean del color que sean, que algún periódico según el color puede llegar a hacer autentica ingeniería sociopolítica). Ante esto nos encontramos con gente muy bruta frente a mandatatarios muy chulos...es como hacer unas oposiciones a bombero en una consulta para tratamiento de pirómanos, todos sabemos lo que sucedería de un modo casi natural, y eso da mucha pena.

Pero para no aburrir más con estos chapuceros análisis voy a comentar otra noticia de la semana, ¡a Cristiano Ronaldo le han dado el Balón de Oro! ¡y no a Messi!. ¡10 canales de televisión echaban la entrega de ese baloncito!, había más canales preocupados de eso que de emitir el mensaje del Rey en Navidad (que si tenemos en cuenta que es escrito por el gobierno de turno debería preocuparnos saber lo que dice...¡vaya!, ¡creo que por decir esto alguno me llamará monárquico!). Hemos vivido un par de días en los cuales la noticia era esa, con portadas de periódicos de información general, primeras noticias en los programas de noticias, debates sobre si es mejor el que juega en la meseta o el que juega en el noreste peninsular, y muchas más cosas. ¡Esa fue la noticia de la semana!.

Aunque bueno, bien pensado son dos noticias relacionadas, ¿como es posible que una casta no se considere por encima del bien o del mal cuando lo que se transmite es que la gran preocupación de la ciudadanía es el circo?, ¿o, a lo mejor, es que hacen que nos preocupe el circo?; este humilde ártabro no lo sabe, dejo a los sabios no alineados que me digan si es una cosa u otra.

Casi 20 siglos hace que cayó el Imperio Romano y seguimos funcionando igual, mi querido Obelix estaba equivocado, ¡los romanos no estaban locos!, ¡eran muy listos!.


¡Salud!

miércoles, 1 de enero de 2014

Yirimio el anacoreta

Era un tipo peculiar el tal Yirimio. Había llegado al pueblo hacía mucho tiempo,  la gente no sabía realmente si él había llegado al pueblo o si el propio pueblo había ido llegando a los alrededores de la vieja choza de Yirimio.

Era una choza que este barbudo anacoreta decía haber heredado, por fuera era digna y no se sospechaba nada de su interior, su interior era simplemente un vano, un vacío, tenía un suelo muy limpio y en una esquina un hueco de un horno y otro hueco para hacer un fuego...y nada más el resto era simplemente el vacío, vacío donde estaban echadas (que no colocadas) las pocas pertenencias de Yirimio.

Vestía Yirimio siempre la misma túnica azul, con capucha azul y atada igualmente con un cinturón de tela azul. Completaba esa vestimenta con "algo" en los pies que se sospechaba que era de color gris, pero no se sabía si eran unas sandalias, unos zapatos o unas simples zapatillas de casa destrozadas, y así se movía Yirimio por el pueblo.

Llevaba la cabeza afeitada (aparentemente era la única disciplina que aplicaba sobre su apariencia) y una larga barba con la que ya podía hacer trenzas. Sus ocupaciones diarias eran sencillas, iba a ejercitarse por la mañana, tras ello una frugal comida y dedicaba el resto del día a pintar, a esculpir pequeñas estatuas, a escribir y a poco más. Además no tenía relación alguna con sus vecinos.

Su cara era una cara normal, la gente le veía y decía, "pues tiene cara de buena persona" pero no se atrevían a hablar con él por su aspecto; de todos modos tampoco era Yirimio alguien que se acercara a la gente, estaba esperando que encontrar gente que le aportase algo y hacía mucho que no se daba el caso.

Fue así la vida en el pueblo durante mucho tiempo,  hasta que un día vieron luz que salía por la ventana de Yirimio, escucharon voces e incluso una musica que era evidentemente de un lugar lejano. Se fueron acercando y vieron que había gente dentro de la cabaña de Yirimio; uno de ellos era un tipo vestido de un modo incluso elegante, que iba perfectamente afeitado y comentaba con alegría las obras mientras sostenía con una mano una tosta que era de jamón y, aparentemente, de un exquisito queso de cabra, mientras la otra mano sostenía una copa que indudablemente era de Mencía.

 Estaba pasando esto cuando ese hombre afeitado giró su cabeza y vio a las gentes del pueblo en su ventana y les saludo sonriente, ellos se quedaron "ojipláticos", ¡era Yirimio!. Entonces Yirimio fue hasta la puerta y saludó a sus vecinos. Estos le preguntaron el motivo por el que nunca le habían visto comportarse de un modo tan civilizado como hoy, y él con una sarcástica sonrisa les dijo:

- No había nadie con quien comportarse así.