sábado, 12 de abril de 2014

Libre

Se levantó ese día, un sábado concretamente, y miró por la ventana. No tenía ningún tipo de obligación para los próximos días, era libre de hacer lo que quería, así que una sonrisa se dibujó en su boca mientras pensaba en lo bien que sentaba esa sensación de libertad total.

Se dirigió al baño a afeitarse y darse su ducha diaria mientras seguía embriagado por esa sensación de ser libre, de tener el día para el, acabó de asearse y se decidió salir a disfrutar del día. Era un día soleado, de principios de verano, el sol pegaba con la intensidad justa para dar un calor agradable que para nada era agobiante, en el cielo prácticamente no se veían nubes y el olor del mar llegaba a su puerta, era lo que cualquier publicista trataría de vendernos como el paraíso.

Visto ese día que le esperaba salió por la puerta de su casa, echó un nuevo vistazo al día y mantuvo su sonrisa en la cara mientras empezaba a caminar y a disfrutar de su libertad, había dado cinco pasos cuando sucedió, simplemente escuchó lo siguiente:

- ¡Loco!, ¡llamen a la policía! -le gritó un jubilado que agitaba su bastón amenazadoramente-.

- ¡No mires niño!, ese señor te puede hacer daño -decía una mujer joven a un niño que le señalaba divertido-.

- ¡Vergüenza debería de darle! - le gritaba un señor que paseaba con unos libros en la mano y le miraba con ira a través de sus gafas de pasta último modelo-.

La cara de nuestro amigo era de sorpresa, solo había avanzado cinco metros de la puerta de su casa y ya había empezado a escuchar gritos, insinuaciones de que iba a hacer daño a un niño y censuras hacia él. Tal era su situación que no pudo dar ningún paso más ya que un coche azul con luces en su techo y rotulado con la palabra "Policía" apareció ante él, dos personas salieron del coche, lo esposaron y lo metieron en el coche mientras le decían que estaba detenido.

Una vez dentro del coche uno de los policías le dijo:

- Pero vamos a ver, ¿como se le ocurre salir desnudo a la calle y cruzar por donde no había un paso de peatones?

Ante esa pregunta nuestro amigo respondió:

- Yo es que pensé que era libre.


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