martes, 3 de diciembre de 2013

True Story


Imaginemos una situación como la siguiente: una persona está tranquilamente en su vivienda, está cortando la hierba y de repente escucha una estridente voz a su espalda que le llama; y esa persona, un vecino de toda la vida le transmite una nueva noticia:

-  ¡Se va a hacer un campo de la fiesta para el pueblo!.- dice el vecino-.

-  Pero si ya existe uno - dice nuestro amigo sorprendido-.

- Verás, es que exactamente no es un campo de la fiesta, lo es, pero lo vamos a utilizar como aparcamiento para los entierros". -contesta su vecino  nuevamente en estridente tono-.

- Pero si tenemos sitio para aparcar - trata de argumentar nuestro amigo-.

- ¡Que va!, ¡no hay!. Hemos hablado los del pueblo y para comprar la parcela tenemos que poner 70 euros por parcela.

- Pero..... -trata de argumentar nuestro amigo-.

- Ya paso mañana a por el dinero, ¡hasta luego! -se despide a gritos el vecino-.

Y así nuestro amigo se encuentra con que le han dado un "sablazo", pero no solo eso; en caso de que tuviese las agallas de no pagar sería señalado en todos los sitios como el "moroso", el individuo que no permite hacer el nuevo campo de la fiesta...campo de la fiesta inútil pero que ahí estaba.

¿Qué pasó?, que nuestro amigo pagó, conclusión, le habían aplicado el impuesto revolucionario...había pagado para no ser señalado, en el siglo XXI.

Pasó un año, y ahora nuestro amigo estaba tranquilamente disfrutando del sol en la terraza de su casa, y nuevamente un ruido estridente que semejaba una voz humana le llamaba, levantó la cabeza y vio a su vecino, nuevamente su vecino.

-  Hemos tenido que ampliar una pista, no pueden entrar los tractores, y esta cerca de un monte de tu propiedad -dijo la voz estridente-.

- Muy bien - dijo nuestro amigo-.

- Pues resulta que hemos tenido que llamar a una excavadora para hacer la obra y claro, estaba ahora reuniendo el dinero de los vecinos -dice esa desesperante voz-.

- Pero ¿no sería lo lógico que avisaseis a los vecinos para ponernos de acuerdos y que nos pasasen varios presupuestos para elegir?, además, si no pasa por la entrada de mi propiedad ¿por qué voy a tener que pagar nada? -dijo con toda naturalidad nuestro amigo-.

-¿¿Como??, ¡¡qué desconfiado!, ¿¿qué me estás llamando?? ¡qué formas!, ¡encima que hacemos el esfuerzo de buscar la excavadora!, ¡tiene razón mi mujer! ¡es normal que estés soltero con esas formas!. Mira son 70 euros, mañana vengo a por ellos, adiós -dijo la voz de la locura más estridente que nunca-.

Y ahí dejó a nuestro amigo, con la respuesta en la boca así, en una situación donde no solo le van a tildar de mal pagador y moroso no, también le van a tildar de asocial, con lo que bajó la cabeza y asumió que el impuesto revolucionario de este año tocaba pagarlo nuevamente sin saber muy bien para qué

Lo peor de todo esto ¿sabéis qué es queridos artabreadores?, que es una historia verdadera.


¡Salud!


1 comentario:

  1. Vecinos mafiosos...que hacen quedar al prota de malo. ¡Hay que joderse!

    ResponderEliminar