miércoles, 12 de marzo de 2014

Buzón del Camarada

Londres, 1984, la capital de Oceanía tenía un día tranquilo, con algo de niebla y algo de lluvia como siempre, pero tranquilo. Por la calle que lleva a los departamentos del Ministerio del Amor caminaba decidido Maynard, tenía un trabajo repetitivo que consistía en dar respuesta a las consultas de la gente; su departamento se llama "El buzón del camarada", y como en todas las secciones del Ministerio del Amor otros camaradas vigilan que su trabajo esté hecho como debía ser hecho ¡para honor y gloria de Oceanía y del Gran Hermano!.

Maynard llevaba ya un tiempo en este trabajo, no era un trabajo que lo realizase como persona pero en cambio sí que hacía que llegase dinero a su casa todos los meses, además el trabajo no era para que el individuo se realizase, era para que Oceanía se realizase y para que el Gran Hermano estuviese contento del trabajo de sus camaradas. Día tras día el mismo tipo de consultas, el mismo tipo de comentarios y las mismas respuestas a los camaradas, esas respuestas eran las que el Gran Hermano en su gran sabiduría dictaba a los responsables de departamento, y ellos se lo transmitían a sus subordinados, o al menos esa era la teoría. La verdad la había descubierto Maynard hacia tiempo, los responsables simplemente querían trabajar lo menos posible, por lo que las respuestas eran simples monosílabos o frases hechas vacías; con ello les bastaba.

Y esa era la vida de Maynard, día tras día contestar las cartas que llegaban al Buzón del Camarada, y así fue durante años hasta que llegó un día en que su hermano Milton llamó a su puerta.

- Buenos días Maynard - dijo Milton - tu trabajas en el Buzón del Camarada ¿no es así?.

- Sí ya saber que así es Milton - contestó Maynard-  ¿por qué lo preguntas?.

- Verás es que tengo un problema y nunca me contestan a la consulta que remito en las cartas que mando; quería que me dijeran una cosa concreta, necesitaría saber donde van a poner la nueva parada del bus comunitario, en función de eso es posible que me mude - dijo Milton-. Pero como veo que no me contestan nada coherente a las cartas que mando ¿podrías decirme en que lugar físico está vuestra oficina?, así podría acercarme a ella y pedir orientación o mandar la carta directamente y no dejarla en la delegación del Ministerio.

En cuanto escuchó esto Maynard se puso pálido, muchas veces le habían contado historias de gente que había dicho donde estaba la oficina del Buzón, y esa gente era despedida en el mejor de los casos y ¡reeducada en el peor!, pero era la primera vez que se lo preguntaba alguien, y ese alguien era su hermano; pero bueno, era una pregunta tan simple y tan absurda que no creia que hubiese problema alguno. Convencido de que sería una tontería decirle la dirección Maynard recuperó poco a poco el color y contestó.

- Claro Milton, la dirección es Tackpike Street 8, al lado de Beamo Square. A algo tan sencillo imagino que te contestarán inmediatamente.

Tras decirle la dirección ambos hermanos hablaron un rato y acabaron por despedirse ya que había caído la noche, esa fría noche londinense. Al día siguiente nuevamente Maynard fue a su trabajo, ese desesperante y repetitivo trabajo que tanto realizaba a Oceanía y al Gran Hermano, pero nada más entrar en la oficina vio que su mesa no estaba, su silla tampoco estaba y una carta a su nombre estaba tirada en el suelo. Impresionado por la situación Maynard abrió la carta y la leyó en alto:

"Estimado camarada Maynard R. Ferdinand, queda despedido desde este mismo momento del Ministerio del Amor, departamento del Buzón del Camarada. El motivo es que el buzón del camarada no está destinado a atender a los camaradas

Viva Oceania"



Historia real.


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